Descubre cómo las terapias asistidas con animales están expandiéndose en Colombia, sus beneficios para la salud mental y física, y las perspectivas de crecimiento en el país.
Carlos Martínez
hace 20 días
En los últimos años, Colombia ha experimentado un crecimiento significativo en la implementación y reconocimiento de las terapias asistidas con animales (TAA). Este fenómeno, que combina el vínculo humano-animal con objetivos terapéuticos específicos, está transformando la manera en que abordamos diversos tratamientos en salud física y mental. Pero, ¿qué tan lejos llegará esta tendencia? ¿Las terapias con mascotas realmente van a expandirse en el contexto colombiano?
La respuesta parece ser un rotundo sí. Según datos recientes de la Asociación Colombiana de Zooterapia, el número de programas de terapia asistida con animales ha aumentado en un 45% en los últimos cinco años, con una concentración particular en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali. Este crecimiento no es casualidad, sino el resultado de una combinación de factores que incluyen mayor evidencia científica sobre sus beneficios, cambios en las políticas de salud y un incremento en la conciencia sobre el bienestar animal.
Antes de profundizar en su expansión, es importante entender qué son exactamente estas intervenciones. Las terapias asistidas con animales (TAA) son intervenciones estructuradas donde animales que cumplen criterios específicos forman parte integral del proceso terapéutico. Estas se diferencian de las actividades asistidas con animales (AAA), que son más informales y no necesariamente tienen objetivos terapéuticos medibles.
En Colombia, las TAA más comunes incluyen:
Uno de los principales catalizadores para la expansión de estas terapias en Colombia ha sido el creciente cuerpo de investigación científica que respalda sus beneficios. Estudios realizados en la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia han documentado mejoras significativas en pacientes que participan en programas de TAA, particularmente en áreas como:
La Dra. Carolina Méndez, psicóloga especializada en TAA de la Fundación Bocalán Colombia, señala: "Hemos visto resultados extraordinarios, especialmente en poblaciones donde las terapias convencionales encuentran barreras. El vínculo humano-animal abre puertas que a veces parecían cerradas en procesos terapéuticos tradicionales".
Aunque todavía no están completamente integradas en el sistema de salud colombiano, algunas EPS han comenzado a reconocer y, en casos específicos, a cubrir parcialmente ciertas modalidades de terapia asistida con animales, especialmente la equinoterapia para condiciones neurológicas específicas. Este reconocimiento gradual por parte del sistema sanitario es un indicador claro de que estas terapias están ganando legitimidad y podrían expandirse significativamente en los próximos años.
Paralelamente al crecimiento de estas terapias, Colombia ha experimentado un aumento en la conciencia sobre el bienestar animal. Organizaciones como la Fundación Corazón Perruno y Animales al Derecho han trabajado para asegurar que los animales involucrados en terapias reciban un trato ético y condiciones óptimas. Esta evolución en la percepción del bienestar animal ha contribuido a establecer estándares más altos para los programas de TAA, haciéndolos más sostenibles y aceptados socialmente.
La expansión de las terapias con mascotas en Colombia no es uniforme. Ciertos sectores muestran un crecimiento más acelerado que otros:
Programas dirigidos a niños en situación de vulnerabilidad, víctimas del conflicto armado y personas desplazadas han encontrado en las TAA una herramienta valiosa para el tratamiento del trauma. La Fundación Terapias con Sentido, que opera en zonas afectadas por el conflicto en el departamento del Cauca, reporta que sus programas de canoterapia han ayudado a más de 500 niños a procesar experiencias traumáticas en los últimos tres años.
Colegios y universidades están incorporando programas de TAA como parte de sus estrategias de inclusión y apoyo a estudiantes con necesidades especiales. El Colegio Nueva Granada en Bogotá fue pionero al implementar un programa permanente de perros de terapia para estudiantes con ansiedad y dificultades de aprendizaje, modelo que ahora están replicando otras instituciones educativas del país.
Con el envejecimiento de la población colombiana, los centros geriátricos están adoptando programas de TAA para combatir la soledad, estimular la actividad física y mejorar la calidad de vida de los adultos mayores. Un estudio realizado en 2022 por la Universidad Javeriana en diez hogares geriátricos de Bogotá mostró una reducción del 30% en síntomas depresivos entre residentes que participaron en sesiones semanales de terapia con perros.
A pesar del panorama prometedor, la expansión de las terapias con mascotas en Colombia enfrenta varios obstáculos:
Actualmente existe un vacío regulatorio respecto a la certificación de animales de terapia y los requisitos para profesionales que implementan TAA. La falta de estándares unificados puede comprometer la calidad y seguridad de estas intervenciones. El Ministerio de Salud ha comenzado a trabajar en un marco regulatorio, pero el proceso es lento y aún incipiente.
El costo de las TAA sigue siendo una barrera significativa para muchas familias colombianas. Una sesión de equinoterapia puede costar entre 80.000 y 150.000 pesos colombianos, lo que la hace inaccesible para gran parte de la población. La inclusión limitada en planes de salud agrava esta situación.
El Dr. Andrés Gutiérrez, veterinario especializado en animales de terapia, comenta: "Necesitamos modelos más sostenibles económicamente. Algunas fundaciones están implementando esquemas de subsidios cruzados donde pacientes con mayores recursos ayudan a financiar terapias para quienes no pueden pagarlas".
La escasez de profesionales capacitados específicamente en TAA limita la expansión de estas terapias. Aunque universidades como la Universidad de La Salle y la CES han comenzado a ofrecer diplomados en el tema, aún falta desarrollar programas académicos más robustos y accesibles.
Considerando las tendencias actuales y los factores analizados, podemos proyectar varias direcciones para la expansión de las terapias con mascotas en Colombia durante los próximos años:
La pandemia aceleró la adopción de soluciones digitales en salud. Algunas organizaciones están explorando modelos híbridos donde las sesiones presenciales de TAA se complementan con seguimiento virtual, ampliando el alcance de estas terapias a zonas remotas del país.
Aunque perros y caballos dominan el panorama actual, existe un creciente interés en incorporar otras especies como gatos, aves e incluso animales de granja en contextos terapéuticos específicos. La Fundación Gatos al Rescate en Medellín ha desarrollado un programa pionero de "gatoterapia" para personas con trastornos de ansiedad, mostrando resultados prometedores.
Las universidades colombianas están aumentando la investigación sobre TAA adaptada al contexto nacional. Esto es crucial para desarrollar protocolos culturalmente apropiados y efectivos para la población colombiana, considerando sus particularidades sociales y culturales.
No. Los animales de terapia requieren características específicas de temperamento, entrenamiento especializado y evaluaciones periódicas. En Colombia, organizaciones como Bocalán y Humanymal realizan evaluaciones y certificaciones para animales de terapia, principalmente perros.
No. Las TAA son complementarias a tratamientos convencionales, no sustitutivas. Funcionan mejor cuando se integran en un plan terapéutico multidisciplinario diseñado por profesionales de la salud.
Parcialmente. Algunas EPS cubren ciertas modalidades de TAA para condiciones específicas, principalmente equinoterapia para trastornos neurológicos. Sin embargo, la cobertura no es universal y varía según la entidad y el plan de salud.
Idealmente, se requiere una formación base en ciencias de la salud o educación, complementada con especialización en intervenciones asistidas con animales. En Colombia, universidades como La Salle y CES ofrecen diplomados en el tema.
Como cualquier intervención, existen riesgos potenciales como alergias, zoonosis o incidentes relacionados con el comportamiento animal. Por eso es fundamental que estas terapias sean implementadas por profesionales capacitados, con animales adecuadamente evaluados y siguiendo protocolos de seguridad e higiene.
Las terapias con mascotas en Colombia están en una trayectoria clara de expansión, impulsadas por evidencia científica creciente, mayor aceptación social y resultados positivos en diversas poblaciones. Sin embargo, para que esta expansión sea sostenible y beneficiosa, es necesario abordar los desafíos de regulación, accesibilidad y formación profesional.
El potencial transformador de estas terapias en el contexto colombiano es particularmente relevante considerando los retos de salud mental que enfrenta el país, incluyendo el trauma post-conflicto y las altas tasas de trastornos de ansiedad y depresión. El vínculo humano-animal ofrece una vía complementaria valiosa para abordar estas problemáticas.
Como sociedad, tenemos la oportunidad de desarrollar un modelo de terapias asistidas con animales que sea ético, accesible y culturalmente apropiado para las necesidades específicas de Colombia. El futuro de estas intervenciones dependerá de la colaboración entre profesionales de la salud, especialistas en comportamiento animal, instituciones educativas, entidades gubernamentales y, por supuesto, los maravillosos animales que hacen posible este trabajo.
¿Has tenido alguna experiencia con terapias asistidas con animales? ¿Conoces a alguien que se haya beneficiado de ellas? Te invitamos a compartir tu experiencia y contribuir a la conversación sobre el futuro de estas valiosas intervenciones en nuestro país.